La menopausia suele darse entre los 45 y los 55 años, momento en que los ovarios de la mujer dejan de producir estrógenos y se detiene la menstruación. Además de los bien conocidos cambios a nivel cardiovascular y de densidad ósea, la piel y el pelo se ven claramente afectados en esta etapa de la vida.
Aquellas mujeres que hayan sido operadas de ovarios o hayan recibido radioterapia o quimioterapia afectando a estos sufrirán una menopausia prematura, que se acompañará también de los cambios que comentaremos a continuación.
Teniendo en cuenta que la mayoría de mujeres pasarán aproximadamente un tercio de su vida en esta fase, es relevante dar la importancia que se merecen a estos cambios.
A nivel dermatológico tras la menopausia hay aspectos de la piel normal que cambian, del mismo modo que en el pelo. Por otro lado, ciertas enfermedades se manifiestan de forma diferente en ese período y esto también ha de tenerse en consideración.
Te cuento a continuación los cambios más relevantes en esta época de la vida femenina.
¿Cómo cambia la piel tras la menopausia?
Se sabe que en los primeros 5 años postmenopausia se pierde la tercera parte del colágeno de la dermis. De ahí en adelante se calcula que degenera el 2.1% cada año. Simultaneamente se produce un deterioro de las fibras de elastina, lo cual lleva a una piel más fláccida y con más arrugas.
Recordemos que estos cambios los encuadramos en el «cronoenvejecimiento» de nuestra piel, pero que hasta este momento, la mayoría del envejecimiento cutáneo no viene tan condicionado por los años sino por la exposición al sol (te hablo más sobre el fotoenvejecimiento en este artículo).
Por otro lado, la función de la barrera cutánea empeora, observándose una mayor pérdida de agua transepidérmica. Esto facilita una sequedad cutánea mucho más marcada que frecuentemente conlleva picor. Además, aumenta su tendencia a desarrollar diferentes tipos de dermatitis o eczemas.
¿Qué enfermedades de la piel empeoran tras la menopausia?
Aunque asociemos el acné con la pubertad, no es raro verlo en mujeres adultas, pudiendo alargarse hasta la postmenopausia. Del mismo modo, cuadros como la rosácea o la psoriasis pueden continuar.
No obstante, aquellas mujeres que experimentaban brotes de sus enfermedades dermatológicas (acné, psoriasis, dermatitis) coincidiendo con el período menstrual, probablemente vean una mejoría en este sentido.
Aunque no ocurre en todos los casos, las mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo podrían percibir cierto aumento de vello, acné o alopecia
¿Cómo cambia el pelo tras la menopausia?
La influencia de las hormonas en el pelo está claramente definida. Los andrógenos (hormonas masculinas, que las mujeres también tienen) producen un aumento de vello corporal, mientras que provocan mayor debilidad del cabello. Por otro lado, los estrógenos pueden alargar la fase de crecimiento del pelo (fase anágen). Esto se pecibe claramente en el embarazo, momento en que el nivel de estrógenos es muy elevado y se observa menor caída.
Se ha visto que fruto de la disminución de estrógenos en mujeres postmenopáusicas, se reduce la proporción de cabellos en en fase anagen, especialmente en la parte superior y posterior del cuero cabelludo.
Por otro lado, tanto la alopecia androgenética como la alopecia frontal fibrosante, dos cuadros que conllevan pérdida capilar de forma crónica tienen una frecuencia mayor en esta etapa de la vida.
En resumen…
Los cambios hormonales que tienen lugar a consecuencia de la menopausia tienen repercusión en la biología de la piel y el pelo, haciendo que sus características se vean afectadas. La piel se seca y tendrá más tendencia a arrugarse, mientras que la vida de cada pelo será algo más corta y su densidad se verá disminuida.