Imagino que si estás leyendo este artículo es porque te han diagnosticado dermatitis atópica; a ti o a tu hijo o hija. ¿Es así? En tal caso es muy normal que te cuestiones los motivos por lo que te o le ocurre esto.
Normalmente la dermatitis atópica se inicia en la infancia, pero también puede aparecer más adelante «sin avisar», incluso en la edad adulta. ¿Por qué pasa esto? ¿qué factores influyen en su aparición?
La barrera cutánea
Los elementos de los que te hablaré a continuación funcionan en un perfecto equilibrio en la piel sana. Sin embargo, sabemos que en las personas con dermatitis atópica, no lo hacen correctamente. Y esto no es una consecuencia de la enfermedad, sino muy probablemente el origen de muchos de los síntomas que sufres.
HIDRATACIÓN
La capa córnea, parte más superficial de nuestra piel permite que esta retenga el agua en su interior, evitando su evaporación innecesaria. Las cerámidas, el colesterol y los ácidos grasos libres que componen el llamado manto lipídico que se integra entre las células de la epidermis son la barrera que permite que el agua no se fugue.
Por otro lado, en la capa granulosa, la se encuentra inmediatamente bajo la capa córnea existen unas estructuras llamadas tight junctions que mantienen las células estrechamente unidas unas a otras. En la dermatitis atópica, parece que esta unión no es tan perfecta, lo cual influye también en que el funcionamiento de la barrera no sea óptimo.
FLORA BACTERIANA
La barrera cutánea también es importantísima para frenar el acceso de microbios. A parte de la barrera en sí, la piel produce unas moléculas llamadas catelicidinas y defensinas que ayudan en esta tarea antibacteriana.
Cuando la barrera funciona de modo inadecuado (como es el caso de la dermatitis atópica) ciertas bacterias patógenas pueden asentarse en la superficie de la piel. La más característica y conocida es el Staphylococcus aureus, cuya presencia en la piel se asocia con brotes y empeoramiento de la dermatitis atópica.
La genética
HISTORIA FAMILIAR
Las personas con antecedentes de dermatitis atópica en la familia tienen más papeletas de padecerla. En muchos casos esto está relacionado con la mutación en la filagrina de la que te hablaré a continuación.
En nuestro entorno, 7 de cada 10 personas con dermatitis atópica tienen algún antecedente de atopia en la familia. Los niños cuyo padre o madre es atópico tiene 2-3 veces más riesgo de sufrir dermatitis atópica. Sin embargo, si ambos progenitories son atópicos, su riesgo se multiplicará por 5.
FILAGRINA
Seis de cada 10 personas con dermatitis atópica en Europa tienen alguna mutación en el gen de la proteína filagrina. La filagrina está implicada en el mantenimiento de la hidratación de la capa córnea porque ayuda a que se produza otra molecula llamada NMF (del inglés, natural moisturizing factor).
Las mutaciones en el gen de la filagrina (las hay de muchos tipos) hacen que esta no funcione adecuadamente, de tal manera que no se produce suficiente NMF y la hidratación de la piel es insuficiente. De ahí la sensación de sequedad que da la piel atópica.
OTROS GENES
Se ha relacionado la dermatitis atópica, aunque con menor frecuencia, mutaciones en otros genes que te indico a continuación: SPiNK5, KIF3A, TMEM79, OVOL1 y ADAMTS.
La respuesta inmune
La forma de respuesta de las defensas de tu cuerpo y tu piel si eres atópico también funcionan de modo anómalo. Se sabe que en las personas con dermatitis unos receptores llamados TLR (del inglés, toll-like receptors) que ayudan en la defensa contra las bacterias en la piel, se activan (fruto del fallo en la barrera cutánea y la presencia de bacterias) arrancando así el proceso inflamatorio que caracteriza a esta enfermedad. Además, se ha visto que los tipos TLR2 y TLR9 actúan de forma menos contundente que en personas sin dermatitis.
El proceso inflamatorio que caracteriza la aparición de las rojeces y el picor en la piel se continua con la activación de otro elementos de nuestras defensas. Los más característicos son los linfocitos Th2 y Th22. Parece que la consecuencia de esto es que disminuya la producción de filagrina y otras moléculas importantes para la barrera cutánea, de tal manera que se establece un círculo vicioso entre la activación de las defensas y el empeoamiento de la barrera de la piel que mantiene los síntomas de dermatitis.
Los factores externos
HUMEDAD
Se sabe que los ambientes secos favorecen una mayor pérdida transepidérmica de agua. Las personas con dermatitis atópica, con ese defecto en su barrera cutánea del que ya te he hablado acusan esto mucho más.
ESTRÉS
Se ha visto que la liberación de ciertas hormonas cuando estamos estresados, hace que baje la producción de ceramidas, colesterol y ácidos grasos libres que componen el manto lipídico de la piel. Esto puede contribuir a un empeoramiento de la dermatitis por fallo, una vez más, de la barrera cutánea.
Resumiendo…
No es fácil contestar a la pregunta ¿por qué tengo dermatitis atópica? La realidad es que aunque se está investigando más y más, aún quedan muchas cuestiones por responder. Sí sabemos que el comienzo del cuadro se sitúa en un defecto en la estructura y funcionamiento de las capas más superficiales de la piel, que arranca un proceso inflamatorio que hace que los síntomas se perpetúen. Además, algunos factores externos como la humedad o el estrés pueden empeorar la dermatitis.