Cuándo preocuparse si cambia un lunar en un niño

melanoma niño

Es posible que hayas observado que un lunar de tu peque ha cambiado recientemente, ¿será preocupante?

Ante cambios en un lunar, tanto en niños como adultos tememos que pueda tratarse de un melanoma, el cáncer de piel que peores expectativas de vida tiene. Por ello su detección precoz es muy importante de cara a mejorar el pronóstico. La buena noticia es que antes de la pubertad el melanoma es absolutamente excepcional.

Los niños pueden tener lunares de nacimiento o aparecerles a lo largo de los primeros años de vida. Con el paso del tiempo estos pueden ir cambiando. Estas modificaciones suelen ser parte de la evolución normal de los lunares y no significan siempre que algo malo esté ocurriendo. No obstante, al igual que en los adultos es aconsejable conocerlos bien y detectar los posibles cambios que se den sobre ellos.

¿Cuándo preocuparnos por un lunar?

Los cambios que nos deben preocupar en los lunares los resumimos en la regla ABCDE que ya te comentaba en otro artículo y que te resumo a continuacion:

abcde melanoma

A: Asimetría

B: Bordes (modificaciones en el contorno del lunar)

C: cambios en el Color (3 o más colores)

D: Diámetro mayor de 6mm

E: Evolución (cambios de cualquier tipo: picor, sangrado…)

Sin embargo, sabemos que los melanomas en la infancia (que aunque muy raros, sí ocurren excepcionalmente) tienen unas características particulares que pueden llevar a que se detecten más tarde de lo deseable.

¿Cuándo preocuparnos por un lunar en un niño?

A pesar de ser infrecuentes, 0,4% del total, los melanomas en la infancia, tienen unas características diferentes a los detectados en adultos. Suelen ser más abultados, más rosados y más gruesos en el momento del diagnóstico. Además, suelen sangrar. Es posible que esto se deba a que, dada su rareza, los sospechemos más tarde, por lo que se diagnostican en estados más avanzados. A veces se confunden con otro tipo de bultos como las verrugas víricas o los granulomas piogénicos.

Curiosamente en series de melanomas infantiles estudiadas se vio que la mayoría de ellos, especialmente en los diagnosticados antes de los 10 años, carecían de asimetría (A), tenían bordes regulares (B), un único color (C) y diámetro menor de 6mm (D). Muy pocos de ellos cumplían la regla ABCD de diagnóstico precoz de melanoma.

Por todo esto, un grupo de investigadores establecieron hace unos años los signos a vigilar en niños, estableciendo una regla ABCDE alternativa , especialmente para aquellos que no han alcanzado la pubertad:

A: Amelanotic–> muchos de los melanomas no son marrones o negros como suele ocurrir en adultos, sino rosados o rojizos.

B: Bleeding–> «sangrante» en inglés porque muchos son bultos que sangran, sin aspecto de lunar.

C: Color uniformity –> a diferencia de en los adultos, no suelen tener diversidad de colores ni tono irregular.

D: De novo. Any Diameter–> el tamaño no es tan determinante. Muchos de los melanomas infantiles detectados son menores de 6 mm. Es característico que parezan de nuevas, en piel donde previamente no había ningún lunar.

¿Has visto cambios en algún lunar de tu peque?

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