La toxina botulínica, comúnmente llamada «bótox» , está de moda. Su uso para el tratamiento de las arrugas está cada vez más extendido y en muchos casos los resultados son espectaculares.
Pero, ¿sabes qué es exactamente? En esta entrada abordaré este tema, espero que te sea de interés…
¿QUÉ ES la toxina botulínica?
Como su nombre bien dice, es una toxina y está producida por una bacteria (anaerobia y gram +) llamada clostridium botulinum. De hecho la toxina botulínica es la toxina bacteriana más potente conocida, y por muchos es considerada el veneno más fuerte que existe. Esta toxina es la causante de una enfermedad llamada botulismo que se caracteriza por una pérdida de fuerza en los músculos del cuerpo, sin fiebre. Típicamente las personas afectas tienen incapacidad para levantar los párpados, mover los ojos (por lo que ven borroso), comer, hablar y moverse, llevándo a una parálisis progresiva, que puede causar incluso la muerte. Como afecta básicamente a los músculos, las personas afectadas están conscientes y orientadas en todo momento.
La toxina botulínica es un potente veneno producido por la bacteria clostridium botulinum, que causa el botulismo
La forma más característica se asocia a ingesta de alimentos o conservas en mal estado de preservación. En cualquier caso, el botulismo no es una enfermedad común: en Europa se calcula que se dan 0,02 y 0,03 casos por 100000 habitantes. Como dato representativo, en España en un plazo de 10 años se detectaron 72 casos.
¿CÓMO FUNCIONA la toxina botulínica para las arrugas?
Para que los músculos se contraigan, nuestras terminaciones nerviosas tienen que darles la «orden» de que lo hagan. Esto ocurre a través de un neurotransmisor llamado acetilcolina que la célula nerviosa «lanza» al músculo para estimular la contracción de éste . Si la toxina botulínica llega a las células nerviosas, impide que éstas liberen la acetilcolina necesaria para que el músculo reciba la «orden» y se contraiga. De esta manera el músculo queda «paralizado» porque nadie le dice que se contraiga. Una vez que la toxina ha hecho su efecto, esa terminación nerviosa queda «bloqueada» durante cerca de 6 meses.
La toxina botulínica bloquea la liberación de acetilcolina por la terminación nerviosa
Debido al efecto que tiene la toxina botulínica en la contracción muscular, el matrimonio Carruthers (dermatólogo y oftalmóloga canadienses) publicaron por primera vez en 1992, que podría usarse para paralizar ciertos músculos de la cara. Vieron que al inyectar toxina botulínica en los músculos que originan las arrugas de las patas de gallo, la frente o el entrecejo, éstas se atenuaban y desaparecían en muchos casos.
Independientemente de esto, también por su propiedad paralizadora de los músculos, se usa en otras enfermedades como el blefaroespasmo, la distonía cervical, el estrabismo o la vejiga hiperactiva.
El efecto dura de 4 a 6 meses, por lo que el tratamiento debe repetirse para que la desaparición de las arrugas se mantenga.
¿Qué RIESGOS tiene la toxina botulínica?
La toxina botulínica para uso estético se considera un tratamiento seguro, dado que el efecto de la toxina, por muy potente que sea, queda reducido a la zona donde se inyecta. No se han detectado efectos adversos serios por su uso estético tras años de experiencia.
No se han detectado efectos adversos graves por el uso de toxina botulínica con fines estéticos
En cualquier caso, pueden observarse algunos efectos adversos locales, como un pequeño hematoma o la parálisis de alguna zona no deseada por difusión de la toxina hacia ésta. Estos efectos son transitorios en cualquier caso.