Protección solar en el melasma

melasma fotoprotección

El melasma o cloasma son aquellas manchas marrones que típicamente aparecen en chicas en las mejillas, la frente o el labio superior. Es muy característico que se acentúe mucho durante el verano y se atenúe durante el otoño o el invierno.

En los libros de dermatología siempre ha constado su relación con estar tomando anticonceptivos o haber estado embarazada. Sin embargo, muchas mujeres sufren melasma sin ninguno de estos desencadenantes. Se trata de un cuadro vinculado a los estrógenos y aunque es verdad que aumentan en esas circunstancias, todas las mujeres los tenemos circulando por nuestra sangre, y por ello somos susceptibles de que nos aparezca el melasma. Tal vez sea tu caso.

En este blog puedes encontrar algunos artículos previos sobre el tratamiento del melasma y las diferentes formas de controlarlo (como el ácido tranexámico, por ejemplo). Recordemos que terapias efectivas para otro tipo de manchas, como los léntigos, pueden no ayudar en el caso del melasma, y viceversa. La verdad es que es una condición difícil, que generalmente recurre y debemos contemplar como crónica. De esta manera el enfoque que se recomienda en cuanto al tratamiento será continuo; ojalá tuviéramos una cremita, láser o pastilla mágica que lo eliminara de una vez para siempre. Lamentablemente, no es el caso.

Además de las diferentes medidas de tratamiento, la prevención es fundamental. Se sabe que el principal desencadenante del melasma es el sol. Incluso con baja exposición podemos ver que la mancha se reactiva en muchas ocasiones, por eso vamos a repasar aquí los factores a tener en cuenta a la hora de protegerte del sol si padeces melasma.

FOTOEVITACIÓN

Parece que al pensar en protección solar siempre nos vienen a la cabeza las cremas. Es cierto que son un instrumetno importante para filtrar la radiación del sol, pero no olvidemos que esta puede bloquearse de forma física.

melasma sombrero

Utilizar un buen sombrero o gorra en días soleados o de playa minimizará la incidencia del sol en nuestra piel de forma considerable. Además, reducir nuestra exposición en las horas centrales del día, así como buscar la sombra, son consejos básicos que pueden ser muy útiles a la hora de controlar un melasma en verano.

FOTOPROTECCIÓN

Si tienes melasma es bueno que tengas claro que el fotoprotector ha de ser tu principal aliado. Elige un producto con FPS 50+, que tenga también cobertura UVA.

Busca sobre todo un producto que te sea cómodo, ya que es ideal que lo reapliques cada 2 horas y en la cantidad apropiada (aproximadamente la longitud de 2 dedos).

Un buen fotoprotector adecuadamente aplicado bloqueará el paso de casi toda la radiación UVB a tu piel. El problema es que parece que el melasma está también estimulado por la luz visible, y los fotoprotectores estándar (incluso los que tengan FPS máximo) no tienen la capacidad de bloqueala en la mayoría de los casos.

Por este motivo, es muy recomendable utilizar un fotoprotector que tenga color o que apliques algo de maquillaje en las zonas afectas. Se ha visto en estudios científicos, que el óxido de hierro, molécula que se utiliza para dar color a los cosméticos, tiene la capacidad de bloquear la luz visible (especialmente la azul) y por tanto tendrá mayor efectividad en el manejo y prevención del melasma.

El hecho de que el fotoprotector con color aporte un tono a la piel, puede hacer que no lleguemos a aplicar la cantidad oportuna por ser una cantidad excesiva estéticamente hablando. Por eso siempre aconsejo la aplicación adecuada de un fotoprotector no tintado y añadir después otra capa de producto con color. En el melasma, más vale que sobre que que falte.

ANTIOXIDANTES ORALES

En las farmacias podrás encontrar suplementos orales en ocasiones etiquetados como «fotoprotección oral». Este término puede llevar a confusión, pues estos productos no bloquean los rayos solares y por tanto no son una versión oral de las cremas fotoprotectoras.

Se trata de productos con poder antioxidante que podrían equilibrar a nivel de nuestra piel el estrés oxidativo que genera la radiación solar sobre ella (especialmente los rayos UVA e infrarrojos). Se trata de una medida complementaria, que al ayudar a minimizar el efecto del sol en nuestra piel, también prodría respaldar una mejor evolución del melasma.

Sin embargo, no has de contemplarlos para nada como la solución definitiva y mucho menos como una sustitución a los sombreros y las cremas con color de las que hablábamos más arriba.

¿Cómo proteges tu melasma del sol?

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