1. Crema de protección no es sinónimo de protección solar completa
La protección solar va más allá del uso de un fotoprotector que nos guste. Es «protegerse» y eso se puede hacer de muchas maneras y no solo con cremas, aunque lo asociemos a ello. En los siguientes puntos te justificaré por qué echarse algo de crema de protección no es hacer las cosas suficientemente bien.
2. Optimiza el horario de exposición solar
Es obvio que no es lo mismo exponerse a las 8 de la mañana que a las 2 del mediodía. Elegir las horas menos dañinas, evitando las horas centrales del día, también es una forma de protección solar.
Lo mismo ocurre con las diferentes localizaciones geográficas o la época del año.
El índice UV, sobre el que te hablé en este artículo, nos da información extra al respecto.
3. Usa prendas de protección solar
En línea con el punto 1, las prendas destinadas para ello son un aliado buenísimo para una adecuada protección solar.
Empezando por la sombrilla, pasando por un buen sombrero (mejor si cubra las orejas) y las camisetas o capas específicas con UPF 50. Las prendas con este indicativo filtran el 98% de los rayos UVB.
4. Utiliza la crema solar adecuadamente
Una vez claros los puntos anteriores, el protector solar es un excelente aliado para frenar los efectos negativos del sol en nuestra piel. ¿Cuál es la mejor forma de utilizarlo?
- Utiliza la cantidad adecuada por todas las zonas expuestas al sol. La cantidad correcta son 2g/cm2 de piel. Para un cuerpo de adulto se calcula que el volumen correcto se correspondería con un vaso de chupito. Probablemente mucho más de lo que usamos cualquiera de nosotros.
- Los spray y aerosoles son algo menos fiables, porque parte de la cantidad aplicada no llega de forma adecuadamente a la piel.
- No es imprescindible aplicar la crema 30 minutos antes, como se ha recomendado tradicionalmente. Con 5-10 minutos es suficiente. Puedes leer más sobre ello en este artículo.
- Reaplica el protector cada dos horas, tras los baños y si sudas mucho.