En verano es imprescindible que usemos protectores solares. Te indico en este artículo algunas pautas que debemos tener claras al respecto. Ahí van…
1. Aplica cantidad suficiente
Las recomendaciones de la Comisión Europea indican que para obtener los índices de protección del fotoprotector que estemos usando, deben aplicarse 2mg de crema por cada cm2 de superficie cutánea. En un adulto de constitución media esto equivaldría a 6 cucharadas de postre o un vaso de chupito.
Debemos aplicar la cantidad suficiente cada 2-3 horas y siempre tras un baño. Se considera que los fotoprotectores resistentes al agua, pierden su efectividad a los 40 minutos de estar en el agua, aproximadamente.
2. El protector solar no lo es todo
Coincidiréis conmigo, tras leer el apartado anterior, en que muy poca gente aplica la cantidad correcta. En ese sentido me parece muy ilustrativo este vídeo de la Academia Americana de Dermatología que os recomiendo que veáis. Es poco probable que, aunque un fotoprotector 50+ (el de mayor FPS disponible en el mercado) en teoría nos proteja del 98% de los rayos UVB, en la práctica sea así.
La crema solar un complemento a otras medidas para protegernos de los rayos UV
Por eso no debemos olvidar que la crema solar es solo un complemento y que no debemos olvidarnos de usar gafas, sombreros, sombrillas o incluso prendas de ropa para protegernos adecuadamente del sol.
3. Factor de protección solar: cuanto más alto mejor
El concepto de «bronceado saludable» que tanto se usa, no existe. Cualquier grado de exposición solar aumenta en menor o mayor medida el riesgo de cáncer de piel. Al igual que el tabaco, cualquier cantidad es mala: obviamente tendrán más papeletas de sufrir un cáncer de pulmón aquella persona que fume 40 cigarrillos al día que quien fume 4, pero nadie puede decir que fumar 4 cigarrillos sea «bueno». Con el sol ocurre lo mismo, aunque estéticamente sea deseable tener algo de color, es importante recordar que la piel tiene memoria y que el sol que vamos acumulando a lo largo de la vida, puede pasarnos factura al cabo de los años. Un melanoma, no es ninguna broma, y por ello, lo mejor es prevenir cuando aún estamos a tiempo.
[inlinetweet prefix=»» tweeter=»» suffix=»#blogderma»]El concepto de «bronceado saludable» no existe[/inlinetweet]
Por tanto, teniendo cremas con FPS 50+ (afortunadamente, las más producidas y vendidas hoy en día), ¿por qué íbamos a usar una de FPS10 o FPS30?
Os comparto este vídeo de que, de forma muy ilustrativa y sencilla, explica por qué debemos decantarnos por los filtros de mayor protección.
4. Si has tenido alguna alergia, utiliza fotoprotector físico
En otro artículo ya abordé las diferencias entre los protectores solares químicos (orgánicos) y físicos (inorgánicos). Ahí decíamos que los filtros físicos tienen menor riesgo de provocar alergias cutáneas (lo que técnicamente llamamos «sensibilización»). Por tanto, si algún protector te ha causado algún tipo de erupción anteriormente o tienes dermatitis atópica, es más recomendable que te decantes por un protector solar físico (inorgánico). Tradicionalmente se consideraban más antiestéticos (porque eran más blancos y pastosos) pero a día de hoy hay productos muy aceptables cosméticamente hablando.
5. No apliques fotoprotector a los bebés menores de 6 meses
Antes de los 6 meses los bebés aún tienen una piel inmadura. Las cremas de protección solar contienen productos químicos (los propios filtros solares lo son) que podrían atravesarla y llegar a la sangre de los bebés. Por esto se desaconseja su uso antes de dicha edad.
La piel inmadura de los bebés menores de 6 meses puede hacer que los productos químicos del protector solar pasen a su sangre
Es importante no exponer directamente a los bebés a la luz solar y protegerlos con sombrillas o ropas. En casos concretos en que el bebé tenga algún área pequeña expuesta al sol (como la cara o el dorso de las manos) podría utilizarse una pequeña cantidad de fotoprotector físico.