Es posible que tengas algún lunar que no te guste y quieras hablar con un dermatólogo sobre la posibilidad de extirparlo. Es posible también que sea el dermatólogo quien te ha aconsejado eliminar un lunar por sus características y te preguntas cómo será el procedimiento.
Existen diferentes métodos para eliminar un lunar de la superficie cutánea. En todas ellas utilizamos anestesia local, que se infiltra mediante una inyección con una aguja muy fina. Se siente el pinchazo, y un molesto escozor/ardor durante unos segundos mientras la anestesia entra en la piel. Normalmente estas molestias son mínimas y la anestesia hace efecto con mucha rapidez.
En este artículo te explicaré las diferentes modalidades y en qué circunstancias utilizamos cada una de ellas.
1.ESCISIÓN SIMPLE
Se trata de lo que uno se imagina cuando piensa en una extirpación. Realizamos dos cortes perpendiculares a la piel en forma de huso, de tal manera que el lunar se extrae de la piel en bloque. La herida se cierra mediante puntos de sutura que pueden ser normal (se ven los puntos desde el exterior) o intradérmica (en extirpaciones no muy pequeñas, los puntos pueden transcurrir por el interior de la piel, de tal modo que no quedan marcados en la superficie cutánea.
Es el método que utilizamos para aquellos lunares que son planos (por ejemplo, los nevus congénitos) o que por algún motivo dermatológico deseamos extirpar de forma completa para que sea analizado enteramente por el patólogo.
2.AFEITADO/SHAVING/REBANADO
Mediante esta técnica elimnamos el lunar al ras de la piel. Se aplica en el caso de lunares tipo «nevus intradérmico«, que muchas veces son confundidos con verrugas.
Al ser sobreelevados, se elimina su parte más excrecente. Esto permite evitar un corte profundo en la piel, así como el uso de puntos.
Para interrumpir el sangrado de la piel podemos usar diferentes técnicas (electrobisturí, productos hemostáticos, láser). Haciéndolo con mimo el resultado estético suele ser muy bueno, quedando una cicatriz plana.
Usamos esta técnica con el fin de que quede estéticamente bien. Sin embargo, siendo puristas, la extirpación de los lunares mediante esta técnica no permite su eliminación completa. Pueden quedar células del mismo en la profundidad de la piel.
Si la extirpación se hace en personas jóvenes, es posible que esas células que quedan pigmenten la cicatriz de nuevo con el tiempo. Así, aparecería una mancha marrón con aspecto de peca o en algunos casos incluso volvería a sobreelevarse. Si esto ocurriera, siempre puede repetirse el tratamiento.
3.LÁSER
· Láser ablativo:
Este tipo de láser tiene capacidad de destruir tejido, de tal manera que pueden usarse para eliminar un lunar sobreelevado de forma similar al afeitado explicado en el apartado anterior.
La gran ventaja de esta técnica es que genera muy poco daño en la piel , y esto hace que la cicatrización tras eliminar el lunar sea estéticamente más favorable que con otras técnicas como el bisturí eléctrico.
Salvo en casos en que haya una certeza absoluta e inequívoca de que el lunar que se está tratando es benigno, es recomendable enviar una porción superficial del mismo para estudio histológico. De esta manera será analizado por un patólogo que confirmará que ese lunar era benigno. Esto evita posibles malentendidos futuros en el caso en que el lunar se repigmente o vuelva a sobreelevarse.
· Láser para pigmento
Existen láseres destinados a eliminar pigmento. Son aquellos utilizados para el tratamiento de manchas solares (léntigos) o eliminación de tatuajes. Técnicamente podrían usarse para tratar lunares también, sin embargo dicho tratamiento consiste en una destrucción, más que una extirpación. El hecho de que el lunar «desaparezca» nos priva de la opción de analizarlo tras el tratamiento. Por este motivo en general los dermatólogos desaconsejamos este método de eliminación de lunares.
Cuando un lunar reaparece sobre una cicatriz tiempo después de su tratamiento, disponer del resultado de su análisis (el estudio histológico que se realizó tras la extirpación) es muy aclatorio para los dermatólogos. El no disponer de este puede dificultar la diferenciación entre ese lunar que ha reaparecido y un melanoma.