En esta época es fácil oírnos a los dermatólogos tanto en consulta como en medios de comunicación, insistiendo sobre la importancia de la prevención del cáncer de piel. En el blog hasta ahora he hablado del tipo más frecuente, el carcinoma basocelular y el tipo que más miedo nos da, por ser más agresivo, el melanoma.
Pues bien, hoy hablaremos del segundo tipo más frecuente de cáncer de piel: el carcinoma epidermoide, también llamado carcinoma espinocelular o escamoso.
El carcinoma epidermoide puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque lo frecuente es que aparezca en zonas expuestas al sol, sobre todo, cabeza y cuello. Esto es debido a que -al igual que la mayoría de cánceres de piel- su causa principal es la radiación UV, es decir, el sol. Normalmente se observa en personas que han pasado largas horas de su vida a la intemperie, y habitualmente de una forma mantenida (por ejemplo, campesinos o albañiles que no se han protegido adecuadamente), más que en personas que únicamente se exponen -de forma intensa- durante las vacaciones de verano. Es el tipo de tumor más frecuente también en personas con albinismo.
El carcinoma epidermoide aparece en personas que han pasado largas horas al sol durante su vida
El carcinoma epidermoide puede aparecer como un pequeño granito, bultito, costra o herida sobre un área donde ha dado el sol a lo largo de la vida. Muy frecuentemente aparecen sobre queratosis actínicas, que son su precursor más habitual. Al inicio son miden algunos milímetros, pero dependiendo de su agresividad pueden aumentar su tamaño hasta medir varios centrímetros y hacerse más profundos. Accediendo a este link puedes ver fotos de carcinomas epidermoides en la piel.
El carcinoma epidermoide es más agresivo que el carcinoma basocelular porque puede dar metástasis
A diferencia del carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide puede dar metástasis (extensión del tumor a otros lugares del cuerpo, a distancia), lo cual empeora bastante su pronóstico. El lugar donde más frecuentemente metastatiza son los gánglios, pero puede extenderse también al pulmón, el hígado, el cerebro, la piel y el hueso.
Es importante diferenciar el carcinoma epidermoide de otros tumores (benignos o malignos), infecciones o enfermedades inflamatorias de la piel. Para ello, normalmente se realiza una biopsia cutánea. Con esta técnica se puede confirmar el diagnóstico y conocer algo más acerca de su potencial agresividad.
Para prevenir su aparición es fundamental la protección solar
Normalmente se trata mediante cirugía, aunque en ocasiones puede usarse la radioterapia, o incluso ser necesario recurrir a la quimioterapia. Es fundamental la protección solar, como prevención de queratosis actínicas que puedan evolucionar a este tipo de carcinoma.
2 Comentarios
Terapia foto dinamica con luz del dia me la acavo de hacer 1/7/2016/ espero que me valla bien…..me lo hizo el Dro. Francisco Gonzalez! De la Clnica Caracas Venezuela!