Se calcula que hasta el 16.5% de los niños entre 1 y 5 años tienen dermatitis atópica. Esta enfermedad puede interferir de forma considerable con la vida de estos pequeños, especialmente debido al picor que generan. Además sabemos que los niños que padecen dermatitis atópica tienen más probabilidades de desarrollar alergias a alimentos, rinitis o asma como parte de un proceso llamado marcha atópica.
¿Qué sabamos hasta ahora?
Hay cada vez más evidencia de que la dermatitis atópica puede originarse en parte en el útero donde una susceptibilidad genética así como la exposición ambiental podrían afectar al sistema inmune y alterar la barrera cutánea. (En este artículo puedes leer más sobre el origen de la dermatitis atópica)
Por esto se han realizado numerosos trabajos cientifícos en los que se han intentado identificar estrategias para poder prevenir este cuadro en los niños, pero no disponemos de conclusiones muy contundentes. Puedes leer más sobre ello en este artículo en el que te hablaba de los estudios realizados acerca de cómo prevenir la dermatitis atópica.
Recientemente se ha visto que la vitamina D, además de estar implicada en metabolismo de los huesos (su función más reconocida hasta el momento) también tiene un rol en multitud de cuadros autoinmunes, de cáncer y de enfermedades inflamatorias. La prevalencia de niveles de vitamina D bajos en nuestro entorno es muy frencuente, y esto ocurre también en las embarazadas. Basándose en el hecho de que la vitamina D tiene efectos inmunomoduladores, la comunidad científica especulaba que los suplementos de vitamina D en las embarazadas pudieran ayudar a prevenir la aparición de dermatitis atópica en sus bebés.
¿Hay novedades?
Un grupo de investigadores ingleses realizaron un ensayo clínico aleatorizado controlado en el que proporcionaban vitamina D (1000UI al día de colecalciferol desde la semana 14 de gestación) a un grupo de madres embarazadas y estudiaron sus bebés a posteriori para valorar si habían desarrollado dermatitis atópica. Estos datos fuero comparados con otro grupo de embarazadas que no recibieron vitamina D.
Sus resultados se publicaron en junio de 2022 en la British Journal of Dermatology
El estudio mostró que la frecuencia de niños con dermatitis atópica era menor en los niños cuyas madres habían recibido vitamina D a los 12 meses. En las revisiones de los 24 y 48 meses, sin embargo, no se encontró dicha diferencia. Los autores justifican esto con el hecho de que puede existir alguna otra influencia postnatal que modifique el desarrollo o no de dermatitis atópica y que sea más relevante en niños más mayores.
¿Qué conclusiones sacamos de esto?
Dada la practica ausencia de efectos adversos tras la toma de vitamina D y la ausencia de contraindicación para su toma en el embarazo, parece que puede tener sentido la suplementación de vitamina D en madres con alto riesgo de descendencia con dermatitis atópica, pues esta parece prevenir la prevalencia de bebés con dermatitis atópica.