Puede que el término «sarna» te suene a enfermedad antigua, a algo que ya no vemos en nuestro entorno. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado mucho la frecuencia de sarna, también llamada escabiosis en nuestro entorno.
La sarna está causada por un ácaro microscópicoque repta por debajo de la epidermis, causando una inflamación en la piel que provoca un picor muy intenso. Característicamente el picor afecta al cuerpo, respetando la cabeza y es especialmente intenso por la noche. En este artículo te hablaba hace algún tiempo sobre ella.
Se transmite por contacto estrecho piel con piel, habitualmente entre convivientes o parejas sexuales.
La sarna puede confundirse con otras enfermedades de la piel que también puede originar mucho picor. Esto no es raro, pues muchos profesionales no están habituados a contemplar esta enfermedad habitualmente. Sin embargo, es interesante sospecharla en cualquier caso de lesiones en la piel que aparecen de forma súbita.
¿Qué está ocurriendo con la sarna?
Como te decía, en nuestras consultas estamos viendo más casos de sarna que lo habitual. Nos llama la atención también que en muchos de los casos el tratamiento no resulta siempre efectivo, a pesar de que la forma de hacerlo está bien establecida en las guías.
Ante esto, la comunidad científica se plantea dos opciones:
1.Que el ácaro esté desarrollando resistencias a los fármacos que tenemos disponibles, del mismo modo que muchas bacterias lo hacen a los antibióticos de uso extendido. Existen ya algunos casos de resitencia de otros ácaros (como los piojos ) a permetrinas y por eso se piensa que el sarcoptes (causante de sarna) pudiera desarrollar este mecanismo.
2. Que el paciente no realice el tratamiento adecuadamente.
Indudablemente, tenemos que tener en mente la primera opción, que es posible. Sin embargo, muy probablemente la segunda opción será el motivo de que en muchos casos el tratamiento no tenga éxito.
¿Por qué no se hace adecuadamente el tratamiento?
Las características propias de la enfermedad hacen que no sea sencillo llevarlo a cabo corrrec.
Por una parte porque es fácil que varias personas dentro de un mismo domicilio la padezcan. Por otro porque los tratamientos han de repetirse a la semana y esto no se hace en todos los casos. Los tratamientos tópicos además (permetrina) han de aplicarse de forma meticulosa, y esto no siempre ocurre.
A parte de todo esto, es necesario eliminar el ácaro del entorno de conviencia. Si esto no se consigue efectivamente, siempre existirá cierto riesgo de reinfestación.
Consejos para un tratamiento efectivo de la sarna
1-Sigue las pautas indicadas por tu médico.
Puede que te hayan recetado tratamiento oral (ivermectina) o tópico (permetrina). En el caso de la permetrina es interesante que sigas estos consejos: has de utilizar la crema durante un mínimo de 8 horas (si son 12h, algunas fuentes indican que es mejor). Extiéndela por todas las zonas de tu cuerpo desde el cuello hasta los pies. Incide en todos los pliegues, recuerda aquellos entre los deditos y la zona de las uñas. Si ves que no tienes suficiente cantidad para cubrir todo el cuerpo, háblalo con tu médico. Si no, el tratamiento no séra efectivo. Retíralo en la ducha y aplica abundante crema hidratante para minimizar su irritación en la piel.
2-Repite el tratamiento a los 7-14 días.
Esto es importante por el ciclo de vida del ácaro sarcoptes scabiei. Es posible que en el momento de realizar el primer tratamiento el ácaro haya depositado sus huevos y estos eclosionarán en los próximos días. La repetición del tratamiento eliminará los ácaros nacidos de esos huevos.
3-Elimina el ácaro de tu entorno
En la misma noche en que se realice el primer tratamiento es imprescindible lavar la ropa usada anteriormente a una temperatura mínima de 50º. Esto puede sustituirse por la introducción en la secadora. Los zapatos y prendas delicadas, así como cojines pueden introducirse en bolsas de plástico donde se dejarán cerradas durante 5 días mínimo (así se asfixiará el ácaro). Es aconsejable también aspirar los cojines grandes, colchones y sofás.
4-Comunícalo a tus convivientes y contactos estrechos /sexuales.
Todas los miembros de una unidad de convivencia deben tratarse, del mismo modo que otros contactos estrechos como parejas o contactos sexuales. El tratamiento debe ser simultáneo. De no ser así, puede darse un efecto llamado «efecto ping pong» en que unos miembros y otros de una misma unidad familiar se recontagian pora quellos aún no tratados.