Dermatitis atópica y enfermedad mental

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La dermatitis atópica es una enfermedad crónica inflamatoria. Se caracteriza por brotes recurrentes de rojez, descamación y picor. La prevalencia global de este ronda entre el 5 y 20% de los adultos y el 2 al 10% de los niños. Es habitual que comience en la infancia, pero puede alargarse hasta la edad adulta.

La dermatitis atópica se ha relacionado con otras condiciones. Ls más características son la rinitis alérgica, el asma (en el contexto de la marcha atópica), enfermedades autoinmunes y alteraciones cardiometabólicas.

De forma similar a lo que ocurre en la psoriasis, algunos trabajos científicos han puesto de relevancia la relación existente entre la dermatitis atópica y ciertas enfermedades mentales. Un estudio publicado recientemente en la Journal of the European Academy of Dermatology muestra que la frecuencia de estas es mayor que en el resto de la población. Por tanto parece importante aportar a los pacientes el respaldo médico y psicológico para su prevención.

Dermatitis atópica y trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

Se ha visto que la prevalencia de TDAH en personas con dermatitis atópica es de 7%. Se sabe que globalmente el TDAH puede afectar hasta el 5% de los niños, mientras que en niños con dermatitis la frecuencia es del 9%. Esta frecuencia aumenta progresivamente cuanto más grave es la dermatitis.

Por otro lado, el TDAH puede incrementar los problemas para conciliar el sueño que ya de por sí padecen muchas personas con dermatitis atópica. Las alteraciones del sueño causadas por la propia dermatitis y las derivadas del TDAH podrían interactuar entre ellas exacerbando la repercusión de esa falta de sueño.

Dermatitis atópica y depresión

Se calcula que la prevalencia global de depresión en personas con dermatitis atópica es sde 17% (20% en adultos y 11% en niños).

La interleuquina IL-4 que está característicamente elevada en la sangre de las personas con dermatitis atópica, puede reducir la recaptación de serotonina. La serotonina es un neurotransmisor implicado en el desarrollo de depresión. Dado que la IL-4 puede influir en los niveles de serotnonina, esta interacción podría estar detrás de la mayor tendencia a la depresión en las personas con dermatitis atópica.

En línea con la mayor prevalencia de depresión, los estudios encuentran una mayor tendencia a la ideación suicida, siendo esta máxima especificamente en Korea.

Dermatitis atópica y función cognitiva

La dermatitis atópica específicamente en edad pediátrica ha sido asociada con problemas del aprendizaje. Se ha planteado que el padecer esta condición podría hacer que los niños tengan un peor rendimiento escolar.

Unos investigadores americanos han publicado recientemente en la revista British Journal of Dermatology un estudio científico en el que siguieron a niños con dermatitis atópica hasta los 15 años. Se les hicieron tests de sus habilidades intelectuales de forma periódica. Los autores no encontraron ninguna asociación directa entre padecer dermatitis atópica y un menor rendimiento cognitivo.

En conclusión…

Es importante abordar tanto los aspectos físicos como los psicológicos de la dermatitis atópica para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Un enfoque integral que incluya tratamiento médico para la piel y una vigilancia de posible asociación con enfermedades mentales puede ser beneficioso. Además, la colaboración entre dermatólogos y profesionales de la salud mental puede ser crucial en el manejo de esta compleja relación.

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