¿Qué es un hemangioma infantil?

Los hemangiomas son los tumores más frecuentes en la infancia y son tumores benignos. La palabra «tumor» no siempre es sinónimo de algo «maligno» y mucho menos en el caso de los hemangiomas; normalmente cuando los médicos decimos «tumor» en realidad queremos decir «bulto». Por tanto podemos decir, que los hemangiomas son los «bultos» más frecuentes en la infancia, apareciendo en casi 1 de cada 10 recién nacidos; más frecuentemente niñas y prematuros.

¿QUÉ SON los hemangiomas infantiles?

Los hemangiomas están formados por muchos vasos sanguíneos que conforman dicho «bulto», que característicamente crece. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, siendo lo más habitual que estén en la cabeza.

Los hemangiomas son bultos rojizos formados por vasos sanguíneos que van creciendo durante los primeros meses de vida.

En el nacimiento los hemangiomas pueden tener el aspecto de un pequeño rasguño o moretón. Se hacen visibles habitualmente en los primeros días o semanas de vida (en algunos niños se observan ya desde el nacimiento y en otros comienzan a crecer algo después).

Son bultos de color rojo vivo (que se va tornando rosado con el tiempo), violáceo o grisáceo de tamaño variable, desde milimétros hasta varios centímetros. Uno de cada 5 niños con hemangioma, tienen más de uno en distintas localizaciones de su cuerpo.hemangioma

Aquí tienes más fotos de hemangiomas.

Aunque sea lo más frecuente, no todos los bultos o manchas rojas que podemos observar en la piel de un bebé son hemangiomas. Estos deben diferenciarse de otras lesiones vasculares que tienen una evolución diferente. Es por esto importante, consultar con un dermatólogo para que haga el diagnóstico preciso y , en su caso, indicar un tratamiento.

¿CÓMO EVOLUCIONAN los hemangiomas infantiles?

La evolución normal de los hemangiomas incluye una fase de crecimiento (llamada fase proliferativa) y otra de reducción de tamaño (llamada fase involutiva). El aumento de tamaño es normal, y puede ser muy llamativo en algunos casos; este suele ser más intenso durante los primeros cinco meses de vida.hemangioma invol

Es característico en los hemangiomas el crecimiento durante algunos meses y la disminución de tamaño que puede durar años hasta la desparición

La reducción del tamaño suele iniciarse alrededor de los 12 meses (aunque ojo, siempre hay puede haber excepciones) y suele prolongarse durante años.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN los hemangiomas infantiles?

Los dermatólogos normalmente podemos diagnosticar los hemangiomas con una sencilla exploración clínica. Es raro tener que pedir otras pruebas o análisis ya que su aspecto y evolución son muy característicos y permiten un diagnóstico claro.

Normalmente no hacen falta pruebas ni análisis específicos para diagnosticar un hemangioma infantil

¿TIENEN RIESGO los hemangiomas infantiles?

Normalmente los hemangiomas no causan ningún problema, ya que en su mayoría suelen ser de pequeño tamaño y no interfieren con la vida normal del bebé. Existen algunas situaciones concretas en que podrían originar complicaciones:

  • cuando afectan o están cerca de los ojos, la boca o las vías respiratorias al crecer y aumentar de tamaño pueden interferir con la visión o la respiración.
  • cuando se ulceran: pueden causar dolor, sangrar o infectarse.

La mayoría de hemangiomas no presentan ninguna complicación

¿CÓMO SE TRATAN los hemangiomas infantiles?

El tratamiento de los hemangiomas es diferente en cada niño. Esto depende del tamaño del mismo, de la parte del cuerpo donde esté y de si ha presentado o no alguna complicación de las mencionadas anteriormente. No es lo mismo un hemangioma de 1cm en la espalda que uno de 10cm en la cara. Uno podría dejarse sin tratar, esperando a que desaparezca con el paso de los años y el otro necesitaría tratamiento casi seguro.

El tratamiento debe individualizarse y dependerá del tamaño y las complicaciones del hemangioma

Con el fin de establecer el tratamiento necesario en cada caso, es importante consultar con un dermatólogo; y lo mejor es hacerlo cuanto antes, ya en los primeros meses de vida del niño para controlar su crecimiento en la medida de lo posible.

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